lunes, 29 de junio de 2009

Imprenta



TRANSFORMACIONES Y DESAFÍOS DE LA EDUCACION



Los grandes inventos de la historia como el cuchillo, la rueda, la imprenta y la electricidad revolucionaron y trajeron aparejado importantes cambios en la historia de la humanidad. La imprenta, creada en el siglo XV, introdujo a las grandes masas al mundo letrado, dándole la posibilidad de reflexionar y analizar lo que leían por sí mismas. Surgía así “el libro”, tan valorado durante tantos años y cuya desaparición algunos auguran. Sin embargo cada año se editan más volúmenes y se escribe cada vez más. Podrá la tecnología modificar los formatos, crear nuevos soportes, armaremos nuestros propios textos como más nos gusten pero al imprimirlos y unir las hojas tendremos en las manos como dijo una vez Humberto Eco “una vez más, y siempre, un libro”.

Algo similar ocurrió en la década del 70 con la aparición de la computadora y con ella la llamada “Sociedad de la Información”. Profundos cambios de diferente orden; en lo político, lo económico y lo social se produjeron. Poco a poco fueron invadiendo nuestras vidas pequeños aparatos: teléfonos celulares, computadoras, agendas electrónicas, disquetes, CD ROM, video caseteras, impresoras láser, videocámaras, cámaras de foto digital, reproductor de mp3, mp4, PEN drive, GPS, en fin, un sin número de objetos novedosos que compiten por ofrecer la mayor cantidad de información en el menor tamaño, innovando constantemente sus presentaciones y funcionalidades para seguir introduciéndose en el mercado.

Cabe aclarar aquí que yo pertenezco a la generación de la tiza y el pizarrón, del lápiz y el papel y no me resulta fácil dejar viejos hábitos a pesar de las bondades de la tecnología. Todavía conservo la costumbre de reunirme con una amiga a tomar un café y conversar cara a cara, también suelo anotar algunas ideas en una hoja y luego armar con ellas el texto en el ordenador. Esto tal vez algunos lo llamen resistencia al cambio, otros, temor o simplemente romanticismo. Sin embargo voy introduciéndome al mundo tecnológico por sus innegables ventajas y por no quedarme anclada en el pasado, en esto de “todo tiempo pasado fue mejor”. Sabemos que esta frase no es real. Todos los tiempos, con sus cambios, tienen sus ventajas y sus bemoles.

Haciendo una retrospección, puedo contar que en mis años de estudiante universitaria mis trabajos los presentaba escritos en una máquina de escribir (Olivetti), ¿la recuerdan? Más tarde, cuando comencé a trabajar, aparecieron las computadoras, me llevó tiempo confiar en ellas. Guardaba la información en disquetes, luego en CD y actualmente en un PEN drive.

A partir de la lectura de la bibliografía quedaron dando vuelta en mi cabeza varias ideas. Una de ellas es el concepto de “computopía” de Yonedi Masuda que presenta a la Sociedad de la Información como la posibilidad de generar los conceptos de “igualdad, libertad y creatividad” y pienso que nuestro país y otras partes del planeta están muy alejados de estos postulados. Todavía tenemos una gran deuda con los marginados, es más en estos últimos años la brecha entre los incluidos y los excluidos se hizo más grande.

Me retrotraigo aquí a mis prácticas, trabajo en un colegio privado bilingüe donde los jóvenes que concurren tienen acceso a casi toda la tecnología que circula en nuestro país, pero conozco otras realidades muy distintas, instituciones que tienen muy pocas horas semanales de inglés y computación e incluso ni siquiera hay una máquina por alumno. Definitivamente no todos los hombres son iguales ni tienen las mismas oportunidades. Se presenta así una paradoja; la tecnología surge para mejorar la calidad de vida de los pueblos, pero no para todos. Una vez más estamos sometidos a las políticas de mercado.

Otra idea que me pareció interesante fue la que plantea el Sr. Levis en la conferencia, cuando habla de los jóvenes como “nativos digitales” pero, al mismo tiempo, algunos son “analfabetos funcionales”, es decir, no alcanzan a utilizar al máximo las posibilidades que los ordenadores poseen. Nuevamente pienso en mis alumnos y en el uso que hacen de las máquinas, las emplean para comunicarse en red, obtener información que algún docente les solicita o armar un trabajo para entregar en un formato estipulado. No sé si son conscientes de la posibilidad de construir conocimientos o sólo se limitan a leer lo que otros han pensado.

Cuando me imagino lo que significa la red se me representa como un gran “laberinto” (aludo aquí al laberinto borgeano), con múltiples pasadizos que se bifurcan, se multiplican, se tornan infinitos a medida que avanzo por ellos, ¿a dónde llegarán? Esta era de la información y el conocimiento aún está desarrollándose.

Ahora que el acceso a la información “se ha inmediatizado”, masificado e incrementado su volumen; me pregunto si los jóvenes de hoy comprenden mejor lo que leen, si son capaces de relacionar, integrar y generar nuevos saberes. El proceso de comprensión e interpretación textual requiere de estrategias específicas que todos los docentes debemos desarrollar en nuestros alumnos. Es importante hacer una distinción entre información y conocimiento. Este último implica organizar, asimilar y reacomodar lo nuevo con los saberes anteriores y otorgarles sentido. Y aquí es donde siento que nuestro rol debe redefinirse, nuestro lugar de trabajo puede modificarse, pero no desapareceremos como guías o mediadores, y al igual que el libro, por algunos años más seguiremos existiendo. Claro está que debemos capacitarnos adecuadamente para explorar nuevos caminos y encontrar nuevas herramientas que se adecuen a los requerimientos de este nuevo paradigma histórico.

Por último quiero contar que el año pasado les propuse a mis alumnos crear blogs, teniendo como objetivo generar un ámbito que motive y de sentido al proceso de escritura. Participaron activamente, produjeron reseñas críticas de libros leídos en clase. Esto generó nuevos espacios y tiempos de trabajo y una mayor difusión y reconocimiento de sus tareas. La experiencia superó mis expectativas y me estimuló a afrontar nuevos desafíos como el de acceder a este curso para aprender y trasladar al aula las nuevas tecnologías. Tengo un largo camino que recorrer.

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Referencias

-BRUNNER, J.J.: Internet y educación. ¿La próxima revolución? Fondo de Cultura Económica, Santiago, 2002.

-PALAMIDESSI, M: “Las escuelas y las tecnologías en el torbellino del nuevo siglo”, en PALAMIDESSI, M (org): Una introducción a la escuela en el mundo de las redes. FCE, Buenos Aires, 2006 UNESCO

-MORIN, EDGAR: “Los siete saberes necesarios para la educación del futuro” (1999)UNESCO.

-Begoña Gros, “De cómo la tecnología no logra integrarse a la escuela a menos que …cambie la escuela” 2004,Jornadas Espiral, Barcelona

Castells Manuel, “La era de la información”,1997.Tomo 1, Economía, Sociedad y Cultura, capítulo 1, La revolución de la tecnología de la información.

Levis, Diego; Cumbre Mundial de la Sociedad de la Información (2004): "Modelo para armar” en Signo y Pensamiento nº 44, Bogotá